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El Nacimiento de un Gigante: La Transformación del Sistema de Salud con IMSS-Bienestar
Para entender la salud pública en México, hay que verla como una larga historia de aciertos y errores, una búsqueda constante de un modelo que de verdad funcione para todos, especialmente para quienes no tienen IMSS o ISSSTE. El capítulo más reciente y audaz es la creación del IMSS-Bienestar, una estrategia del gobierno federal para tomar las riendas de la salud y ofrecer atención médica gratuita de manera centralizada. En mis años en la administración pública, he aprendido que las grandes soluciones rara vez surgen de la nada. Este programa, por ejemplo, tiene una historia de más de 40 años que es clave para entender su presente.
Todo comenzó en 1979 con un programa llamado IMSS-Coplamar. Su objetivo era noble y claro: llevar médicos y servicios de salud a las zonas rurales más pobres de México, donde el IMSS tradicional no llegaba. Era un modelo que combinaba la consulta médica con el trabajo comunitario, un pilar que, afortunadamente, sobrevive hasta hoy. Con el paso de los sexenios, cambió de nombre a IMSS-Solidaridad, IMSS-Oportunidades e IMSS-Prospera, pero su corazón operativo, una red de clínicas rurales y pequeños hospitales, se mantuvo. Una persona que ha vivido toda esta historia desde adentro es la doctora Gisela Lara Saldaña. Su carrera es un reflejo del programa; empezó como médico en Veracruz, donde incluso aprendió totonaca para comunicarse con sus pacientes. Su profundo conocimiento práctico la convirtió en una pieza fundamental para estructurar lo que hoy conocemos como IMSS-Bienestar.
La necesidad de un cambio tan drástico se hizo evidente tras el fracaso de los modelos anteriores. El Seguro Popular, aunque amplió la cobertura en papel, en la práctica fue un sistema fragmentado. El dinero se enviaba a los estados y ahí, en muchos casos, se perdía en corrupción o se usaba de forma desigual. Cuando llegó el gobierno actual, se decidió terminarlo y crear el Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI). La promesa era enorme: salud gratuita para todos con solo presentar la CURP. Sin embargo, el INSABI naufragó rápidamente por falta de reglas claras, problemas operativos y una crisis de abasto de medicinas que la pandemia solo empeoró. Nunca logró crear una red de hospitales funcionales.
Ante este fracaso, el gobierno dio un golpe de timón y volteó a ver al único modelo que, con todo y sus limitaciones, tenía una estructura probada: el programa IMSS-Bienestar. Así, se decidió transformarlo en el nuevo eje de la política de salud, convirtiéndolo en un Organismo Público Descentralizado (OPD). ¿Qué significa esto en español simple? La centralización. Se invitó a los estados a entregar sus hospitales y centros de salud al control federal. A cambio, el OPD IMSS-Bienestar se encargaría de todo: la operación, el personal, el equipamiento y las medicinas. Para 2024, 23 estados aceptaron el acuerdo.
Este cambio requirió reformas a la Ley General de Salud, aprobadas en el Congreso no sin un intenso debate. La oposición expresó dudas sobre la viabilidad de un modelo tan centralizado. Ahora, el IMSS-Bienestar tiene la tarea titánica de atender a más de 53 millones de mexicanos, heredando hospitales a menudo en mal estado y personal con años de precariedad laboral. La promesa para ellos, para los miles de trabajadores de la salud, fue clara: justicia laboral. Se inició un proceso masivo para darles una base, con todas las prestaciones de ley, a médicos y enfermeras que por años trabajaron con contratos eventuales. Esto no es solo un acto de justicia, es una de las 8 prioridades del programa, porque para que un paciente reciba buena atención, el personal debe tener condiciones dignas. El nuevo modelo de atención, llamado MAS-Bienestar, busca enfocarse más en la prevención y en la comunidad, retomando el espíritu original de IMSS-Coplamar. La transición no ha sido fácil; el diagnóstico inicial mostró un abandono histórico en la infraestructura, pero la inversión para revertirlo ya está en marcha. El IMSS-Bienestar en 2024 está en una fase crítica, donde debe demostrar con hechos que este nuevo camino es la solución definitiva para la salud de millones de mexicanos.

Operación y Desafíos: Las 8 Prioridades y la Realidad de los Hospitales en 2024
Para poner en marcha un proyecto de esta magnitud, no se puede improvisar. El gobierno estableció una hoja de ruta muy clara: las 8 prioridades del IMSS-Bienestar. Piénsenlo como los ocho pilares sobre los que se está construyendo este nuevo sistema de salud. Cada uno ataca un problema histórico y busca crear una solución duradera. Como ciudadano, es importante que las conozcas, porque aquí es donde se está invirtiendo el dinero público y el esfuerzo institucional.
1. Personal de Salud con Condiciones Dignas. Quizás la prioridad más humana. Durante años, miles de médicos, enfermeras y camilleros trabajaron con la incertidumbre de contratos temporales, sin prestaciones ni seguridad social. La promesa fue la basificación. Para 2024, decenas de miles ya recibieron su plaza. Esto no es solo un papel; es la tranquilidad para ellos y sus familias, y un incentivo para que brinden una mejor atención. El proceso ha sido complejo y no ha estado libre de protestas por detalles administrativos, pero el objetivo de fondo es claro: justicia laboral.
2. Infraestructura Digna: Rescatar Hospitales del Olvido. ¿Han visto ese hospital a medio construir en su municipio que lleva años como 'elefante blanco'? Esta prioridad busca precisamente eso: terminar obras abandonadas, remodelar las existentes y construir nuevas clínicas donde hagan falta. Se está haciendo una inversión histórica para que los espacios sean seguros, limpios y funcionales. Además, con el programa "La Clínica es Nuestra", se entrega dinero directamente a comités de ciudadanos para que ellos decidan las mejoras urgentes en su centro de salud local, como pintar, impermeabilizar o comprar sillas nuevas.
3. Equipamiento Médico Moderno. De nada sirve un hospital bonito si no tiene el equipo necesario. La tercera prioridad es comprar y distribuir desde equipos de rayos X hasta tomógrafos y mastógrafos de última generación. La idea es que incluso en una comunidad alejada, se puedan hacer los estudios básicos para un diagnóstico oportuno y evitar traslados innecesarios y costosos para las familias.
4. Abasto Completo de Medicamentos. Este es el punto que más nos duele como ciudadanos. El desabasto de medicinas fue el talón de Aquiles del INSABI. El IMSS-Bienestar busca resolverlo con un sistema de compra centralizada y una nueva logística de distribución para que los medicamentos lleguen a cada rincón del país. El objetivo es que cuando vayas a la farmacia de tu clínica, te entreguen la receta completa y de forma gratuita. El reto es enorme, pero es la máxima prioridad.
5. Un Nuevo Modelo de Atención (MAS-Bienestar). Esto es un cambio de filosofía. En lugar de solo curar enfermedades, el sistema busca prevenirlas. Se fortalece el primer nivel de atención, es decir, el centro de salud de tu comunidad, para que ahí se resuelvan la mayoría de los padecimientos. Se enfoca en la salud de la familia y en la acción comunitaria, retomando la valiosa experiencia del programa original de 1979.
6. Conservación y Mantenimiento Constante. Para que la inversión no se pierda, esta prioridad busca crear equipos de mantenimiento en cada hospital. La idea es simple pero poderosa: en lugar de esperar a que algo se rompa, darle mantenimiento preventivo constante para que la infraestructura y el equipo duren muchos años.
7. Más Médicos Especialistas donde se Necesitan. Todos sabemos lo difícil que es encontrar un cardiólogo o un pediatra en zonas rurales. El gobierno está implementando estrategias para llevar especialistas a las comunidades que más los necesitan, ofreciendo mejores sueldos e incluso contratando médicos de otros países para cubrir los huecos.
8. Digitalización del Sistema. La última prioridad es modernizar la administración con tecnología. Se está implementando un expediente clínico electrónico único. ¿Qué significa esto para ti? Que tu historial médico estará disponible en cualquier clínica u hospital de la red IMSS-Bienestar, lo que permite una atención más rápida, segura y coordinada. El éxito de esta gran reforma se medirá en el cumplimiento de estas 8 promesas. Es un rompecabezas complejo, pero cada pieza es fundamental para que, al final del día, el ciudadano reciba la atención que merece.
El Futuro del IMSS-Bienestar: Sostenibilidad, Política y el Veredicto Ciudadano
La creación del IMSS-Bienestar es más que una simple reforma, es una de las apuestas políticas y sociales más grandes de la historia reciente de México. Su éxito o fracaso definirá el acceso a la salud para generaciones. Pero, ¿qué le depara el futuro? Su porvenir, desde mi experiencia, depende de tres grandes pilares: el dinero, la política y, lo más importante, la opinión de la gente.
Primero, la sostenibilidad financiera. Para decirlo claro: el dinero es el combustible de cualquier programa de gobierno. Mantener en operación cientos de hospitales, miles de clínicas, comprar medicinas para todos y pagar puntualmente el sueldo de decenas de miles de trabajadores requiere una cantidad de recursos públicos enorme y constante. El presupuesto ha aumentado, sí, pero expertos señalan que todavía podría no ser suficiente para alcanzar las metas más ambiciosas y para blindar al sistema contra futuras crisis económicas. Cada año, en la Cámara de Diputados, veremos un debate intenso sobre si los recursos asignados son los correctos. Garantizar este flujo de dinero año tras año será el mayor reto financiero.
Luego está el factor político. El IMSS-Bienestar es un proyecto insignia de la actual visión de gobierno. La continuidad de sus líderes sugiere que se buscará consolidarlo en los próximos años. Sin embargo, la política también crea divisiones. El hecho de que ocho estados decidieran no federalizar sus sistemas de salud crea, en la práctica, dos modelos de atención distintos en un mismo país. Esto genera tensiones y retos de coordinación que requerirán mucho diálogo y negociación política para que ningún ciudadano se quede atrás.
El programa también debe ser capaz de evolucionar. Las 8 prioridades son la base para el arranque, pero los desafíos de salud cambian. El envejecimiento de la población y el aumento de enfermedades como la diabetes o la hipertensión exigirán que el modelo se adapte. La experiencia de personas como la Dra. Gisela Lara Saldaña, que han visto la evolución del sistema por décadas, será invaluable para no perder el rumbo y mantener el enfoque en la prevención y la comunidad.
Finalmente, el veredicto más importante no lo dará ningún político ni experto, sino tú, el ciudadano. El éxito del IMSS-Bienestar se medirá en la experiencia del día a día. ¿Tuviste que esperar menos para tu consulta? ¿Te dieron tu medicina completa y sin costo? ¿Te trataron con dignidad? ¿El hospital de tu comunidad está limpio y funciona bien? Esas son las preguntas que realmente importan. Los retos todavía son gigantes, pero la promesa de un sistema de salud 'como el de Dinamarca', como se ha dicho, es el objetivo final. La transparencia será clave. Para conocer más detalles y datos oficiales, siempre puedes consultar el portal del Gobierno de México sobre IMSS-Bienestar. El camino es largo, pero de su éxito depende el derecho a la salud de más de la mitad de los mexicanos.
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