Tabla de Contenido

1. El derecho a la vivienda y su historia en México
2. ¿Quién se encarga de los programas de vivienda?
3. Los programas clave de apoyo a la vivienda
4. ¿Cómo funcionan INFONAVIT y FOVISSSTE hoy?5. Los grandes retos de la vivienda en México
6. Tu voz cuenta: Cómo participar en las políticas de vivienda

El Derecho a la Vivienda en México: Marco Histórico y Político

El acceso a una vivienda adecuada es la base para que cualquier familia pueda salir adelante. En México, este derecho está protegido por nuestra Constitución, que dice claramente que toda familia merece un hogar digno. Desde mi experiencia en el servicio público, he visto que esta no es solo una frase bonita; es el motor que ha impulsado las políticas de vivienda durante décadas. Esto no es nuevo. Ya desde mediados del siglo pasado, con el crecimiento de las ciudades, el gobierno entendió que tenía que intervenir para poner orden y ayudar. Se crearon los primeros bancos para financiar casas, sentando las bases de lo que vendría después. Un momento clave que recuerdo bien fue la creación del INFONAVIT en 1972, y poco después, el FOVISSSTE. Estas dos instituciones nacieron con una misión muy clara: dar créditos baratos a los trabajadores del sector privado y del gobierno para que pudieran comprar su casa. Créanme, esto transformó por completo las oportunidades para millones de familias mexicanas.

Ahora, ¿quién mueve los hilos de la vivienda en el gobierno? La cabeza de todo es la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, mejor conocida como SEDATU. Ellos diseñan la estrategia general. Debajo de la SEDATU, hay un equipo de instituciones trabajando. La Comisión Nacional de Vivienda (CONAVI) es clave, pues es la que se encarga de llevar los apoyos y subsidios directamente a la gente que más lo necesita, sobre todo a quienes no tienen un crédito tradicional. También hay otras, como el INSUS, que ayuda a la gente a tener los papeles de su terreno en regla. El objetivo es que todas estas oficinas trabajen juntas para que los apoyos lleguen a donde deben llegar. Pero no todo depende del Presidente y sus secretarías. El Congreso, es decir, los diputados y senadores, juega un papel fundamental. Ellos aprueban el dinero que se va a usar, discuten y modifican las leyes. Hace poco, por ejemplo, aprobaron cambios importantes para que los créditos del INFONAVIT sean más justos e incluso para que los trabajadores puedan rentar una vivienda con opción a compra. Estas discusiones son vitales, porque ahí se define el rumbo de los apoyos de vivienda para los próximos años.

A lo largo de los años, hemos aprendido de los errores. Antes, la solución era construir miles de casas en fraccionamientos enormes, casi siempre en las afueras de las ciudades. Con el tiempo vimos que esto generó problemas: la gente pasaba horas en el transporte y vivía lejos de escuelas, hospitales y trabajos. Por eso, la visión ha cambiado. Hoy, el plan del gobierno no solo se trata de construir cuatro paredes y un techo. Se busca crear verdaderas comunidades. La política actual, impulsada por la SEDATU, se enfoca en lo que la ONU llama 'vivienda adecuada', que incluye siete elementos clave: seguridad, servicios, que sea pagable, habitable, accesible, bien ubicada y que respete la cultura local. Esto significa que ya no solo se mide el éxito por el número de casas construidas, sino por la calidad de vida que ofrecen. Programas como el de Mejoramiento Urbano son un gran ejemplo: no solo arreglan o construyen casas, sino que también mejoran los parques, las calles y ponen la infraestructura que falta en las colonias más olvidadas. El plan de vivienda para este 2024 y los años que vienen sigue esta lógica: atender primero a los más vulnerables, como las madres jefas de familia, las personas indígenas o los adultos mayores. Es un reto enorme, lo sé. Enfrentamos la especulación inmobiliaria y la falta de terrenos accesibles, pero el compromiso es poner siempre a las personas y sus necesidades en el centro de todas las decisiones.

Vista aérea de un nuevo desarrollo de vivienda de interés social en México, mostrando casas terminadas y en construcción, representando el programa de viviendas del gobierno 2024.

Estrategias y Programas Clave: El Plan de Vivienda en Acción

Para que el derecho a la vivienda se vuelva una realidad, el gobierno ha puesto en marcha varios programas, cada uno pensado para diferentes tipos de familias y necesidades. La estrategia principal se llama Programa Nacional de Vivienda, y su meta es ambiciosa: ayudar a más de 5 millones de familias con distintas acciones. Uno de los pilares de este esfuerzo es la CONAVI, que, como mencioné, se enfoca en la gente con menos recursos y que no tiene INFONAVIT o FOVISSSTE. A través del Programa de Vivienda Social, la CONAVI da subsidios, es decir, un apoyo económico que no se devuelve, para que las personas puedan comprar, construir en su propio terreno, ampliar o mejorar su casa. Este programa es fundamental para combatir la precariedad en las comunidades más pobres. De cara al futuro, el plan es todavía más grande. Con el Programa de Vivienda para el Bienestar, se piensa invertir una cantidad histórica de dinero para 2025, buscando no solo construir casas nuevas, sino también dar créditos para mejoramiento y, muy importante, entregar escrituras para que la gente tenga la certeza jurídica de que su patrimonio es suyo.

Uno de los programas que más me entusiasma por su impacto directo es el de Mejoramiento de Vivienda. Este funciona de maravilla en zonas con mucho rezago, por ejemplo, en varios municipios del Estado de México. En la práctica, esto significa que el gobierno le da un apoyo económico directo a la familia, a través de una tarjeta del Banco del Bienestar, para que ella misma decida cómo usar ese dinero: si para arreglar el techo, poner un piso firme o construir un cuarto más. Para 2025, la idea es entregar 100 mil de estos apoyos. Lo valioso de este esquema es que confía en la gente, la empodera para que administre sus recursos, aunque siempre con la asesoría técnica de la CONAVI para que el dinero rinda más. Para ser elegido en este y otros programas, se le da prioridad a quienes históricamente han sido olvidados: mujeres que son cabeza de familia, personas con alguna discapacidad, adultos mayores y, por supuesto, familias con ingresos bajos. Se atiende también a un grupo muy grande de mexicanos que, aunque trabajan, no cotizan en el seguro social y antes estaban en el limbo, sin poder acceder a un crédito. Si te interesa, es clave que estés muy atento a los canales oficiales del gobierno, porque ahí anuncian cuándo abren las convocatorias y qué papeles necesitas.

Por otro lado, los gigantes de la vivienda, INFONAVIT y FOVISSSTE, siguen siendo la principal fuente de créditos hipotecarios en México. El plan del gobierno no es dejarlos como están, sino fortalecerlos para que cumplan mejor su función social. La gran novedad, y créanme que es un cambio que llevábamos años esperando, es que gracias a las nuevas reformas el INFONAVIT ya no solo servirá para comprar una casa usada o nueva. Ahora también podrá construir directamente viviendas para rentarlas a un precio justo, con la posibilidad de que después de un tiempo, esa casa pueda ser tuya. Se ha establecido que la renta no podrá ser mayor al 30% de tu salario, una medida pensada especialmente para los jóvenes, para quienes comprar una casa es cada vez más difícil. Este es un giro de 180 grados en la forma en que el gobierno, a través de su brazo financiero más fuerte, ataca el problema de la vivienda. FOVISSSTE también está haciendo lo suyo, con programas especiales para mujeres o para remodelación. La clave del éxito de todo este plan es que la SEDATU, la CONAVI, el INFONAVIT y el FOVISSSTE trabajen como un equipo bien coordinado, ofreciendo un menú de soluciones para que cada familia encuentre la que mejor se adapte a sus necesidades y posibilidades.

Desafíos, Futuro y Participación Ciudadana en la Vivienda Gubernamental

A pesar de todo este esfuerzo y de tener un plan de vivienda sólido, enfrentamos retos gigantescos. Seguro lo has notado: las ciudades crecen sin control, los precios de las rentas y las casas en zonas bien ubicadas están por las nubes, y para muchas familias es casi imposible pagar por un lugar digno. Hoy, es más difícil comprar una casa que durante la crisis de 2008, y eso es una señal de alarma. El modelo de construir en las periferias nos dejó un amargo legado: fraccionamientos fantasma, gente viviendo a horas de su trabajo y una mala calidad de vida. Estos 'desiertos urbanos' son la prueba de que no basta con construir casas; hay que construir comunidades. Además, el cambio climático es una realidad que nos obliga a pensar en viviendas más resistentes y adaptadas a un nuevo entorno. Para hacer frente a todo esto, se necesita un plan de vivienda que no solo sea robusto, sino también valiente e innovador.

El futuro de estos programas dependerá de que el Estado logre implementar políticas que vean el problema de forma integral. Los expertos nos dicen que hay que diversificar las soluciones. Por ejemplo, ¿por qué no aprovechar las miles de casas que están vacías? ¿O impulsar con más fuerza modelos de renta accesible? El gobierno debe pasar de ser el único constructor a ser un facilitador, creando las condiciones para que surjan diferentes opciones de vivienda, adaptadas a las necesidades de los jóvenes, los adultos mayores o las personas que viven solas. Una clave es construir hacia arriba en las ciudades, en lugar de seguir expandiéndonos sin control. Pero para eso, se necesita que los gobiernos locales, en equipo con la federación y el Congreso, actualicen sus reglas y permisos de construcción. Y aquí es donde entras tú. Un aspecto fundamental para que cualquier política pública funcione es la participación de la gente. No pienses que tu opinión no importa. Al contrario, es fundamental. El gobierno, a través de la SEDATU, ha abierto foros y consultas en línea para que los ciudadanos propongan ideas para el próximo Plan Nacional de Vivienda. Este es un paso muy importante, porque el plan se enriquece con la experiencia de quienes viven el problema día a día. Tu voz puede ayudar a que los apoyos lleguen a quien de verdad los necesita.

En conclusión, la política de vivienda en México está en un momento de cambio profundo. Venimos de una larga historia de intervención del gobierno, y hoy buscamos un nuevo camino basado en los derechos humanos, la sostenibilidad y la inclusión. El plan actual, coordinado por instituciones como SEDATU, CONAVI, INFONAVIT y FOVISSSTE, ofrece una estrategia con múltiples herramientas: subsidios, créditos, apoyos para mejorar tu casa y hasta nuevas opciones como la renta social. El plan para 2024 ha puesto las bases, con metas claras hacia el futuro. Sin embargo, los retos de la carestía, el desorden urbano y el cambio climático son enormes. He dedicado mi carrera a estos temas y sé que el éxito a largo plazo dependerá de la continuidad, de la buena coordinación entre oficinas y, sobre todo, de abrirle la puerta a la participación ciudadana. Solo con un esfuerzo colectivo y sostenido, lograremos cumplir esa promesa fundamental: que cada mexicano y mexicana tenga no solo un techo, sino un hogar digno desde donde pueda construir un futuro mejor para su familia.